Compañera de este viaje (CD)

Compañera de este viaje, CD

Título del disco: Compañera de este viaje.
Número de canciones: 13

Lado A
1. Tu voz de agua clara  
2. Compañera de este viaje
3. Pepitas
4. Quiero tocar el sol de noche
5. Profesora y profesor
6. La flor del horror

Lado B
7. La nueva canción de la trova
8. Lo haces bien
9. Belén un día
10. La vasija
11. El oro del tiempo
12. Una dulce amiga mía
13. Yo y tú

Escucha el disco completo en Spotify: https://open.spotify.com/album/0rOmqNLyb9fU4kzbigWZCt?si=12UAOBQUQpO_5K0wilzPKA
Escucha y mira los vídeos en Youtube: https://www.youtube.com/playlist?list=PL8FSmqsjZS2KjIc-pZ0oXPVY6EJAdSVou

Comentario de Manuel sobre el disco:

– Ni íntimo, ni fogatero, ni crónica, ni
verdad-
( y si no, ya lo dirá el tiempo )

Siempre habrá alguien dispuesto a llevar una guitarra consigo a donde quiera que vaya. El tiempo y el clima pueden ser implacables con ella: En un barco en alta mar, en lo profundo de la humedad de los bosques, en el espacio sideral, en un desierto a pleno sol.
De vez en cuando la guitarra habita algún teatro, alguna sala de concierto, algún auditorio universitario. Pero la mayoría de las veces anda por ahí al alcance de nuestras manos.
Sin embargo, creer que uno va a tocar la guitarra alguna vez, es muy ingenuo. Este instrumento no se puede tocar, o al menos no sin que él (el instrumento) nos interprete y toque a nosotros primero, más aún cuando se canta con ella ( la guitarra ). Sí! tal cual. Lo que hacemos en verdad es dejarnos interpretar por ella, permitiendo que nos refleje en sus razonamientos, delirios y disquisiciones.
Es la guitarra la que desnuda nuestro lenguaje y nos revela los inmortales seres bioluminiscentes de nuestros corazones. Y les digo: nada hay menos intimo que verse expuesto frente a una audiencia, desnudado por una guitarra.
Por eso en este disco no hay crónica alguna, resultaría pretencioso en estos tiempos, hacer algo mejor que lo que el propio pueblo ya ha escrito en los muros de nuestras calles convirtiéndolos en historia latente, viva, desgarradora y al mismo tiempo real e innegablemente propia.
Tampoco es un disco “de fogata” como algunos creen que son los discos guitarreros. Es cierto que la música y el fuego comparten latidos atávicos, pero si el clima y el tiempo son implacables con la guitarra, imagínense lo que causaría acercar al fuego la nobleza de la madera de una guitarra. Sobre todo un instrumento hecha por las manos de un artesano que ha puesto todo su amor en ella. Su corazón dulce, que cede fácilmente al calor, terminaría regando sus penas y alegrías sobre la gris arena del paisaje, en forma de lentas lágrimas de azúcar quemada…
En estas canciones hay más silencios que notas y palabras. A este disco le faltan todas las canciones que no cabían, las que hice y las que no.
Y por último este disco lo he fraguado por años y es hasta aquí hasta donde me dieron las fuerzas para hacer un registro en que la inconformidad riñe con la responsabilidad de ofrecer con amor, a mis cincuenta, un trabajo que le debo, antes que a nadie, a mi Manuel de 14 años, adolescente del desierto, que a “guata pelada” y pies desnudos soñaba con cantar para su gente acompañado solo de su Quijota guitarra; igual que aquellas almas trovadoras fundamentales, de toda generación, que se han atrevido, sin olvidar humildemente su ser histórico, a “decir” asomándose al dulce abismo de las cantoras más insignes : LA PALABRA Y LA GUITARRA!

Manuel García Herrera, diciembre de 2020

Nota del disco:
Manuel García sorprende con la publicación de su séptimo disco solista, cinco años después del lanzamiento de «Harmony Lane», su última publicación solista. Parte de las canciones del disco han sido compuestas durante el confinamiento y la mayoría de ellas son inéditas.

Manuel García ha querido terminar el año más difícil con esta importante noticia para sus seguidores, un disco que está milimétricamente medido y en el que cada elemento forma parte de una sólida estructura musical y poética. Un disco sólo a guitarra y voz: una guitarra y una voz, algo muy poco común en esta era, tratando de rescatar la esencia de ambas, la crudeza, lo sutil, la desnudez y lo primitivo. La guitarra tradicional acústica, sin adornos, se convierte en eje central. Como también lo es la producción que Manuel García firma junto a Tomás Pérez.